martes, 30 de julio de 2013

La autodestrucción

Todo pasaba velozmente ante mis ojos, mientras yo, sentada en lo alto de un edificio intentaba plasmar en una fotografía la belleza de la ciudad en la caída de la noche. Durante varios instantes sólo podía disfrutar de la brisa rozándome en aquella gran altura. Era perfecto, demasiado agradable por ello me surgió una pregunta. ¿Cómo alguien en localizaciones similares a la mía aquella noche, puede decidir arrojarse al vacío sin importar nada más? , ¿cómo, en lugar de disfrutar de esas pequeñas sensaciones de la vida, puede ver en la muerte la única salida?... Existen miles de factores implicados en estas decisiones, a nivel social, clínico y específico  de la persona, aunque a veces se culpen de cobardía. Juzgar vidas ajenas resulta muy sencillo, y a veces nos planteamos muchas salidas alternativas a los problemas de los demás. Algunas personas de nuestro entorno pueden haber tenido ideas suicidas en algún momento difícil de sus vidas y no hemos sabido verlo. Es importante observar a quien se encuentra sumido en un estado de ánimo deprimido y tener muy presente que un suicidio muchas veces no avisa, que un gesto de desesperación puede terminar con una vida, y que para evitarlo puede ser de ayuda un familiar, amigo o psicólogo, pero siempre es fundamental atender a las pequeñas señales. 
El suicidio es el único error del que no vas a aprender nada...



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