martes, 23 de julio de 2013

Debemos respetar los procesos....


Un tiempo, un espacio, un momento o una vida, que importa la magnitud temporal de lo vivido si todo se subdivide en pequeños recuerdos con sus particulares características espacio-temporales. A veces intento explicar mi concepción de los procesos y tengo la sensación de que no todo el mundo consigue captar  la idea.  Supongo que no deja de ser algo más a lo que hay que llegar de un modo independiente. 
Si analizamos a padres con sus niños pequeños vemos que tratan de adelantar esos procesos sin comprender que cada cosa tiene su momento y que la vida se rige por tiempos exactos en los que no hay espacio para el error. No podemos tratar de correr antes de caminar porque de un modo natural sería inviable, lo mismo ocurre con todos los demás procesos mentales. No se puede amar sin saber el significado profundo del verbo, lo mismo que no podemos odiar sin haber amado antes. Son continuos que se van formando en una cadena inicialmente inconexa que sólo puede fortalecerse pasando por ese camino de momentos.  Cuando escuchamos adolescentes decir un te amo, nos damos cuenta de que están muy lejos del significado amor, simplemente es algo nuevo que no saben calificar correctamente y lo denominan incorrectamente, pero esos mismos jóvenes llegan a un momento en el que se dan cuenta de que lo que en algún momento para ellos fue amor ahora lo llamarían diferente y el motivo es el proceso por el que han pasado para llegar a ese concepto y saber definirlo correctamente. El único fallo en todo esto, reside en encontrarse con personas en distintos momentos de la vida y proyectar en los demás nuestro propio proceso. 
Somos la acumulación de momentos evolutivos, a veces a contratiempo y otras muchas sin darnos cuenta. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario